lunes, 12 de noviembre de 2012

4. ¿Qué es educar?


EDUCAR, según la Real Academia Española de la Lengua en su duovigésima edición, es:
  1. Dirigir, encaminar, doctrinar.
  2. Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos,etc...
  3. Desarrollar las fuerzas físicas por medio del ejercicio, haciéndolas más aptas a su fin.
  4. Perfeccionar, afinar los sentidos.
  5. Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía.

La educación. Tan simple y tan compleja palabra. ¿Educar? ¿A quién? ¿Y qué les enseño? ¿Qué es verdaderamente importante saber? Matemáticas, filosofía, historia, biología, química... O tal vez lo importante es aprender a sonreír cuando la vida no te sonríe, a ofrecer tu hombro cuando alguien lo necesita, a mantenerte fuerte cuando todo lo que quieres es volverte débil, indefenso y dejarte ser... O puede que, en realidad, lo más importante sea saber amar. En realidad esto es indiferente, nadie va a planteárselo. Igual que nadie va a plantearse lo que significa educar.

Se nace, se crece y se fallece. Desde el primer momento en el que vemos la luz, estamos siendo educados. Nuestros padres nos hablan, nos hacen carantoñas, sonríen, lloran... y nosotros observamos, lo miramos todo para ir, poco a poco, aprendiendo qué significan esos gestos, las miradas, las sonrisas... Saber que el llanto lo provocan sentimientos negativos y que la risa implica diversión. Así vamos creciendo. Los primeros años de educación siempre nos los dan nuestro entorno más cercano: padres, familiares, cuidadores o educadores en algunos casos... Todo lo que aprendemos en este periodo de vida es a interpretar los simbolos que rigen toda nuestra vida y sociedad. Palabras, idiomas, colores, signos, señales. El hombrecito verde significa que puedes cruzar y el rojo que debes esperar.

Unos cuantos años más tarde empiezan a enseñarnos materias escolares. Durante décadas el modelo educativo ha estado intacto. La educación, hablando estrictamente de lo escolar, se ha basado en aportar datos a los alumnos, quienes debían memorizarlos y dar constancia de ello sobre folios en blanco, haciéndose común la competición por ver quién escribe más... Como si eso identificara al que más sabe. Todos aquellos alumnos que fueron instruídos así en el colegio, instituto, universidad, etc. conocieron esos datos por un instante de su vida, unos días, tal vez algunas semanas aquellos que empezaban a estudiar con tiempo, pero nunca los aprendieron. ¿Es un sistema verdaderamente formativo? Lo dudo.

Respecto a la escuela y demás instituciones encargadas de formar a los alumnos, ¿realmente se han planteado si sus sistemas funcionan? También lo dudo. Al acabar los estudios, salen alumnos, millones de alumnos, con unas calificaciones que no reflejan, en realidad, que hayan aprendido. Quizás deberíamos centrarnos un poco más en enseñar a aprender y un poco menos en obligar a jóvenes y no tan jóvenes a memorizar datos de poca utilidad en su vida. Dar métodos para aprender sería útil para que cada uno se centrara en aquello que más le interesa, le gusta y le hace feliz. Así tendríamos verdaderos estudiantes en especializaciones sobre aquello que han aprendido de forma libre, basándose en métodos de aprendizaje que les han enseñado. La clave está en cómo enseñar a aprender, aunque eso es algo en lo que yo no entraré.

A la vez que empezamos con la instrucción escolar y vamos avanzando en los años que conlleva, nos van apareciendo problemas en la vida con un carácter un poco más trascendental. Nos empieza a gustar un chico o chica, las amistades se van forjando y comienzan los problemas, enfados y demás, aprendemos el valor real de la familia... Cosas como estas pueden crearnos situaciones incómodas de las cuales no sabemos cómo salir. ¿Quién enseña a no pasarlo mal por un amor no correspondido? ¿Cómo se supera la pérdida de un mejor amigo? Quizás esa sea la verdadera educación, saber seguir viviendo con pérdidas irrefutables, con dolor, superando todo aquello que pasa. Nadie enseña este tipo de cosas y todos pasamos por ellas, todos queremos poder superar aquello que no nos deja seguir hacia adelante. Sin embargo, en un gran número de ocasiones, nos limitamos a obviar aquello que nos hace daño y no aprendemos de las situaciones que nos ocurren que, en cierta medida, también son educadoras. Y así pasa el tiempo y seguimos aprendiendo despues de acabar nuestros estudios, tal vez sobre aquello en lo que nos hemos formado, pero seguro que aprendemos sobre aquello que nos ocurre en nuestra vida.

La educación se acaba con el último de nuestros suspiros. Quién educa es una pregunta que no existe, pues todo aquello que nos ocurre y toda persona que se cruza en nuestra vida nos está educando. Educar es, al fin y al cabo, crecer, vivir.

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