

¿Son imágenes como las mostradas, en realidad, aquello a lo que queremos parecernos? ¿Cómo es posible envidiar algo que sabemos que no es saludable? Quizás, ya que poco se puede hacer (o se hace) por evitar la difusión de imágenes así, el problema es la falta de información. Como estudiante que soy y que llevo siendo desde la temprana edad de 3 años, he de decir que he tenido en numerosas ocasiones charlas sobre sexualidad, drogas, enfermedades de transmisión sexual, etc. pero no recuerdo ninguna que hablara sobre los trastornos alimenticios. Tal vez, igual que nos hablan de sexo y drogas, deberían hablarnos más de estos problemas, hacernos saber que no son controlables, que empezar con la delgadez como objetivo puede convertirse en una obsesión irrefrenable y, en consecuencia, en una enfermedad que te lleva a la delgadez extrema y no saludable.
No dejemos que la publicidad, la moda, los famosos, las imágenes que se divulgan como supuesta belleza, etc. sean quienes lleguen a regir la vida de tanta gente, tal vez hoy no tengas ningún caso conocido, pero mañana mismo puedes ser tú el afectado, puedes ser tú quien lo da todo por una imagen, por la apariencia, por sentirte bien contigo mismo, llegando al trastorno difícilmente reversible.
Os dejo la dirección de un artículo sobre la anorexia, para leerlo pinchad aquí.
La anorexia y la bulimia son las dos enfermedades por trastorno alimenticio más comunes y conocidas. La primera consiste en un desorden alimenticio a la par que psicológico que comienza con una dieta para perder peso y acaba siendo una forma de control del cuerpo con síntomas como la distorsión de la imagen corporal y sentimiento de ineficacia general. La bulimia, por el contrario, es un desorden en el que la comida es una adicción placentera y autodestructiva y, en consecuencia, existen episodios de atracones seguidos por métodos no saludables de hacer marcha atrás: vómitos autoinducidos, laxantes y diuréticos, ejercicio físico demasiado exigente para el cuerpo...
El enfermo por trastornos alimenticios, incluso el que se encuentra en el paso anterior a la enfermedad, serían ejemplos de un cuerpo especular, que se basa en la idealización de una imagen que persigue hasta convertirse en ella, sin importarle pasar por encima de cosas mucho más importantes que lo meramente físico.
Me gusta el artículo. Es cierto que tanto la moda, como los medios impulsan este tipo de imagen. Debemos oponernos a ello, demostrando que como graduados que seremos, podemos cambiar esa forma de hacer ver las imágenes mostradas.
ResponderEliminarPor más que nuestra labor sea actualmente la de aprender para mostrar a futuras generaciones como no caer en los mismo errores, eso de lo que hablas y de lo que hablo es difícil de hacer realidad. Durante la adolescencia todos encontramos a un ícono, o al menos la mayoría lo hacen y, querer asemejarse a él/ella parece lo normal. Supongo que cambiar esto será difícil, pero ya sabes eso que dicen de que todo llega y todo pasa.
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